EL JUEGO DE MESA

 

Los juegos de mesa son muy importantes en el desarrollo de los seres humanos.  Este tipo de juegos pueden requerir de los jugadores, el uso del razonamiento táctico o estratégico, la coordinación, destreza manual y mental, la memoria, la capacidad deductiva, la psicología, la destreza negociadora, la concentración o simplemente estar basados en el azar.

 

Históricamente, el juego de mesa ha sido un bien cultural, fruto de las civilizaciones  más florecientes de su tiempo.  Se estima que el primer juego de mesa de la historia llamado Senet, surgió en el año 3500 A.C. en el antiguo Egipto.  Fue encontrado en numerosas tumbas, entre ellas en la de Tutankamón.  Se trata de un juego de carreras con múltiples fichas y era controlado por el tiro de los dados (de los que se tiene conocimiento desde al menos el año 6000 A.C).  Es muy similar al Backgammon, jugado hasta nuestros días.  Se dice que existe otra versión del juego, pero jugada con palitos en vez de dados.

 

El segundo juego de mesa en aparecer en la historia es el UR.  Lleva el nombre de la ciudad ubicada en la boca de los  ríos Tigris y Eufrates en Mesopotamia y se considera el primer juego encontrado “completo”.  Data de 2500 A.C. y también comparte mucho en sus mecanismos con el Backgammon.

 

Un poco después, en el poema épico hindú Mahabharata, se nombra el Pachisi (el juego del 25), otro juego que ha perdurado hasta nuestros tiempos conocido actualmente como Parchis.

 

Luego, se crea el Dominó en China, como evolución de juegos de dados más antiguos.  Este juego no sería popularizado en Europa hasta el siglo XVII.  El juego acabó tomando el nombre actual de una capucha de disfraz carnavalesco negra por el exterior y blanca por el interior, como las clásicas piezas del Dominó.

 

La lista es interminable pero lo importante, es que, desde épocas muy remotas, los juegos de mesa han existido por la necesidad del ser humano de entretenerse, convivir y competir de una manera sana y divertida.