El orígen de los cuentos

 

Al tratar de  referir  los orígenes del cuento, todos los indicios nos llevan al Antiguo Egipto, donde el primer relato del que se tiene conocimiento es la historia de los hermanos Anup y Bata.  El texto fue encontrado en papiro de unos 3,250 años de antigüedad.  Este relato ancestral presenta similitudes con la historia de Adan y Eva.

 

También la mitología griega es sin duda de gran importancia, por su aportación de personajes y creadora de leyendas que, evolucionadas a través de los siglos y bajo la influencia de las distintas culturas y tradiciones, son indiscutible origen de los cuentos que hoy conocemos.  Quien no recuerda a  Teseo, quien debe derrotar al Minotauro; o a Perseo quien se enfrenta a la Medusa.  Claro, sin olvidar el cuento clásico del Rey Midas de Macedonia quien, gracias a un poder mágico convertía en oro todo lo que tocaba.  Las Fábulas de Esopo suelen considerarse antecedentes de éste género.

 

Fuentes inagotables para el cuento han sido también sin duda, el Panchatantra (relatos de la India del siglo IV D.C) y sin duda, la principal colección de cuentos orientales Las mil y una Noches en la que Scherezada se salva de morir a manos de su marido, el sultán, contándole cada noche apasionantes cuentos recogidos de diversos países  y culturas.  Las mil y una noches ha tenido una notable influencia en el desarrollo del cuento a lo largo de los siglos.

 

De hecho, gracias a esta obra, el cuento se desarrolló posteriormente en Europa.  Puede mencionarse que los cuentos escritos en castellano, tienen como antecedente más añejo a “El Conde Lucanor”, una colección recopilada por el infante Don Juan Manuel entre 1330 y 1335.  Esta obra presenta cuentos con moraleja y con marcada influencia de la cultura árabe.

 

Sin duda alguna, los cuentos, sean de la época o la cultura que sean, nos permiten desarrollar ampliamente nuestra  imaginación (tanto de quien lo cuenta como de quien lo escucha) y crear situaciones y personajes fantásticos que creados durante la infancia, quedan impresos para siempre en nuestros recuerdos.